
Pasaron los días, LL y yo nos telefoneábamos muy seguido, conversábamos hasta muy tarde por el celular, o mejor dicho ella hablaba y yo escuchaba. El solo hecho de poder llamarla me parecía un sueño del que no quería despertar, cada vez se alimentaba dentro de mi esa ilusión de poder tenerla algún día, aunque en mi cabeza algo me decía que solo estaba jugando conmigo.
Las llamadas siguieron hasta que un día contestó ella cuando se encontraba con sus amigas, me pasó con cada una de ellas. Eran 4 chicas sin contar a LL. En la conversación una de ellas sugirió que hiciéramos un jueguito, este consistía en que cada una dijera "Hola" y yo tenía que mencionar el orden en el que lo mencionaron. No acerté en ningún intento. Dado que no acerté tenían que castigarme, el castigo era que cada una de ellas me preguntará algo. Sus amigas fueron muy buenas conmigo y no mi hicieron ninguna pregunta comprometedora hasta que llegó el momento de LL, quién preguntó: "¿Te gustó?".
En aquel momento me quedé helado, era obvio que me gustaba, es más me encantaba, me volvía loco, la respuesta la sabía todo el mundo, pero algo dentro de mí me decía que no se lo dijera, era el miedo a que ella me rechazara y deje de interesarse en mi.
Titubeante dije: "esteeeeeeee, qué?, bueeeno .... este ", a la cual ella respondió de forma muy coqueta: "¿Te gusto si o no?". Entonces yo alcancé a responder "si me gustas, me gustas mucho". Luego de eso no sabía que decir, todo se me había presentado tan inesperadamente, una de sus amiga, a la que llamaremos A, (que por cierto era mi amiga también, esa historia la contaré después) me dijo "creo que John tiene algo más que decir, le vamos a dar unos minutos para que piense".
Dentro de mí, me dije "es ahora o nunca, es en estos momentos donde se demuestra de lo que estas hecho", lo que tenía que decir era fácil y difícil a la vez, en ese momento se me aceleraba y paraba el corazón, las palabras estaban en mi lengua pero no encontraba el aliento para decírselo, sabía que si me decía que "no" me rompería el corazón, ese miedo me impedía y me hacía dudar, sabía que decir algo así por el teléfono era muy cobarde, pero no tenía otra salida, quizá ella estaba probándome, quizá quería saber si tenía el coraje de poder decir algo así al frente de sus amigas por ella. En ese momento se congeló el tiempo, me pasaron muchas ideas por la cabeza. Estaba con el corazón acelerado hasta que escuché "¿Ya John, se acabo tu tiempo, espero que hayas pensado bien que decir a LL", en ese momento mi corazón se apoderó de mí, y dije "¿LL quisieras ser mi enamorada?". Se escuchó un silencio, el tiempo se detuvo, me sentí tan nervioso, agache la cabeza resignado, como esperando mi condena, ese "no" que me sumiría en la más profunda de las tristezas hasta que LL dijo "John, ¿no crees que esas cosas no se dicen por teléfono?", "si pero es que es lo que quería decirte hace tiempo" respondí.
Se hizo un silencio hasta que ella me dijo "porque no nos encontramos para darte la respuesta en persona". En ese momento mi corazón volvió a latir, era como si los médicos me hubieran devuelto la vida cuando estaba agonizando, entonces respondí titubeando "claro, p...pero no conozco donde vives". Ella me dio su dirección y quedamos en vernos dentro de tres días.
Al colgar me pellizqué fuertemente, me di cachetadas, me mojé la cara, y era cierto: no era un sueño. Esa noche y los tres días siguientes no pude dormir, las pocas horas que lo hace soñaba con ella.
Pasaron los tres días que más parecían tres siglos, hasta que me encontré con ella. Era prácticamente mi primera cita con ella (o mejor dicho con una chica) así que tenía que ser especial, lo planeé todo, pensaba llevarla a pasear, en el Parque de
Ese día fui muy temprano a comprar unas rosas, como ese día tenía clase en la universidad las guardé en mi mochila muy cuidadosamente para que no se malograran. Era la primera vez compraba rosas, nunca a nadie se las había regalado.
Estaba parado en el lugar donde nos encontraríamos (a media cuadra de donde vivía) esperé que fuera las 5 en punto (quedamos a esa hora) y la llamé, ella me dijo que ya estaba saliendo. Saqué las rosas que traje en mi mochila y las agarre fuertemente, me sentía un poco nervioso con ellas, todos me miraban, como ella estaba demorándose (ya eras 15 minutos), nuevamente las guardé en mi mochila. Cambie de plan, la llevaría al parque, le diría que cerrara los ojos, en eso sacaría las rosas y se las pondría delante de ella como una sorpresa.
Ella vivía en Breña, a unas cuadras de la avenida Alfonso Ugarte, y yo estaba esperando en dicha avenida. Pasaron unos 5 minutos más y ella salió. La miré como siempre, tan radiante, tan hermosa, toda una modelo, un ángel. La saludé, ella me dio un beso en la mejilla y luego me dijo "vamos un rato a recoger a mi prima, está que me llama, es urgente".
En ese momento, me sentí desconcertado, si íbamos a su prima todo lo que tenía planeado ya no se podría realizar, sin embargo, acepté y fuimos a recogerla. En el camino ella me pregunto por qué yo le había dicho a su hermano que ella y yo estábamos hablando por teléfono todos los días (cosa que era mentira, yo nunca le había dicho nada a su hermano). Me dijo que estaba molesta por eso, que no era posible que yo dijera esas cosas. En ese momento ya estaba muy confundido.
Llegamos al lugar donde se encontraba su prima, me presentó como su amigo. LL tenía que prestarle unos libros a ella, así que volvimos a donde ella vivía para que se los diera. Pasaron cerca de 2 horas en ese trajín, yo ya estaba un poco molesto. Hasta que llegó el momento de despedir a su prima, la llevamos al paradero y se fue.
LL, me dijo entonces para que le ayudara en su tarea, yo gustoso accedí. Luego de terminar de ayudarle, ella me dijo que tenía que ir urgente a una cabina de Internet, en ese momento la encare y le dije:
- "LL yo vine a que me dieras la respuesta, dámela pues, si es ‘no’ dímelo y ya y quedamos como amigos, si todo esto fue un juego dímelo, es mejor que me lo digas a que yo me siga haciendo ilusiones, por favor dime si o no"
- Mira John, es que ahora no te puedo decir nada, tu le dijiste a mi hermano que nosotros hablamos todos los días y no me parece.
- LL, yo no dije nada, para que lo voy a decir.
- Es que mi hermano no me puede mentir.
- Nose, pero yo no dije nada en serio, ¿por favor dime si o no?
Se hizo un silencio y no me dijo nada, todo hacia pensar que ella estaba jugando conmigo, que no me quería decir que no, así que dije:
- Mira LL, me parece que estas y estuviste jugando conmigo, me duele mucho, sabes, para no hacernos daño es mejor que tomemos como si nada de esto hubiera pasado, que seamos solo amigos o conocidos como lo éramos antes, si?
Ella no dijo nada, estaba apurada por ir al Internet, así que me despedí y me fui.
Me sentía dolido, el solo pensar que aquella princesa jugaba conmigo hacia que me sintiera usado, otra vez me sentía un perdedor.
Al llegar a mi cuarto, antes de entrar, saqué esas rosas de mi mochila y las tiré a la calle. Al entrar a mi cuarto puse “Calle Melancolía” de Joaquín Sabina, esa canción es como un himno cuando me siento triste. Me quedé dormido, ya no volvería llamarla, por lo menos no ahora.
Continuará...
P.D.: Esta canción es mi himno en los momentos de soledad:
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