miércoles, 11 de noviembre de 2009

Me gustas

Pasaron los días, LL y yo nos telefoneábamos muy seguido, conversábamos hasta muy tarde por el celular, o mejor dicho ella hablaba y yo escuchaba. El solo hecho de poder llamarla me parecía un sueño del que no quería despertar, cada vez se alimentaba dentro de mi esa ilusión de poder tenerla algún día, aunque en mi cabeza algo me decía que solo estaba jugando conmigo.

Las llamadas siguieron hasta que un día contestó ella cuando se encontraba con sus amigas, me pasó con cada una de ellas. Eran 4 chicas sin contar a LL. En la conversación una de ellas sugirió que hiciéramos un jueguito, este consistía en que cada una dijera "Hola" y yo tenía que mencionar el orden en el que lo mencionaron. No acerté en ningún intento. Dado que no acerté tenían que castigarme, el castigo era que cada una de ellas me preguntará algo. Sus amigas fueron muy buenas conmigo y no mi hicieron ninguna pregunta comprometedora hasta que llegó el momento de LL, quién preguntó: "¿Te gustó?".

En aquel momento me quedé helado, era obvio que me gustaba, es más me encantaba, me volvía loco, la respuesta la sabía todo el mundo, pero algo dentro de mí me decía que no se lo dijera, era el miedo a que ella me rechazara y deje de interesarse en mi.

Titubeante dije: "esteeeeeeee, qué?, bueeeno .... este ", a la cual ella respondió de forma muy coqueta: "¿Te gusto si o no?". Entonces yo alcancé a responder "si me gustas, me gustas mucho". Luego de eso no sabía que decir, todo se me había presentado tan inesperadamente, una de sus amiga, a la que llamaremos A, (que por cierto era mi amiga también, esa historia la contaré después) me dijo "creo que John tiene algo más que decir, le vamos a dar unos minutos para que piense".

Dentro de mí, me dije "es ahora o nunca, es en estos momentos donde se demuestra de lo que estas hecho", lo que tenía que decir era fácil y difícil a la vez, en ese momento se me aceleraba y paraba el corazón, las palabras estaban en mi lengua pero no encontraba el aliento para decírselo, sabía que si me decía que "no" me rompería el corazón, ese miedo me impedía y me hacía dudar, sabía que decir algo así por el teléfono era muy cobarde, pero no tenía otra salida, quizá ella estaba probándome, quizá quería saber si tenía el coraje de poder decir algo así al frente de sus amigas por ella. En ese momento se congeló el tiempo, me pasaron muchas ideas por la cabeza. Estaba con el corazón acelerado hasta que escuché "¿Ya John, se acabo tu tiempo, espero que hayas pensado bien que decir a LL", en ese momento mi corazón se apoderó de mí, y dije "¿LL quisieras ser mi enamorada?". Se escuchó un silencio, el tiempo se detuvo, me sentí tan nervioso, agache la cabeza resignado, como esperando mi condena, ese "no" que me sumiría en la más profunda de las tristezas hasta que LL dijo "John, ¿no crees que esas cosas no se dicen por teléfono?", "si pero es que es lo que quería decirte hace tiempo" respondí.

Se hizo un silencio hasta que ella me dijo "porque no nos encontramos para darte la respuesta en persona". En ese momento mi corazón volvió a latir, era como si los médicos me hubieran devuelto la vida cuando estaba agonizando, entonces respondí titubeando "claro, p...pero no conozco donde vives". Ella me dio su dirección y quedamos en vernos dentro de tres días.

Al colgar me pellizqué fuertemente, me di cachetadas, me mojé la cara, y era cierto: no era un sueño. Esa noche y los tres días siguientes no pude dormir, las pocas horas que lo hace soñaba con ella.

Pasaron los tres días que más parecían tres siglos, hasta que me encontré con ella. Era prácticamente mi primera cita con ella (o mejor dicho con una chica) así que tenía que ser especial, lo planeé todo, pensaba llevarla a pasear, en el Parque de la Exposición declararle mi amor, y luego besarla y amarla como ella se merecía, como una princesa que era.

Ese día fui muy temprano a comprar unas rosas, como ese día tenía clase en la universidad las guardé en mi mochila muy cuidadosamente para que no se malograran. Era la primera vez compraba rosas, nunca a nadie se las había regalado.

Estaba parado en el lugar donde nos encontraríamos (a media cuadra de donde vivía) esperé que fuera las 5 en punto (quedamos a esa hora) y la llamé, ella me dijo que ya estaba saliendo. Saqué las rosas que traje en mi mochila y las agarre fuertemente, me sentía un poco nervioso con ellas, todos me miraban, como ella estaba demorándose (ya eras 15 minutos), nuevamente las guardé en mi mochila. Cambie de plan, la llevaría al parque, le diría que cerrara los ojos, en eso sacaría las rosas y se las pondría delante de ella como una sorpresa.

Ella vivía en Breña, a unas cuadras de la avenida Alfonso Ugarte, y yo estaba esperando en dicha avenida. Pasaron unos 5 minutos más y ella salió. La miré como siempre, tan radiante, tan hermosa, toda una modelo, un ángel. La saludé, ella me dio un beso en la mejilla y luego me dijo "vamos un rato a recoger a mi prima, está que me llama, es urgente".

En ese momento, me sentí desconcertado, si íbamos a su prima todo lo que tenía planeado ya no se podría realizar, sin embargo, acepté y fuimos a recogerla. En el camino ella me pregunto por qué yo le había dicho a su hermano que ella y yo estábamos hablando por teléfono todos los días (cosa que era mentira, yo nunca le había dicho nada a su hermano). Me dijo que estaba molesta por eso, que no era posible que yo dijera esas cosas. En ese momento ya estaba muy confundido.

Llegamos al lugar donde se encontraba su prima, me presentó como su amigo. LL tenía que prestarle unos libros a ella, así que volvimos a donde ella vivía para que se los diera. Pasaron cerca de 2 horas en ese trajín, yo ya estaba un poco molesto. Hasta que llegó el momento de despedir a su prima, la llevamos al paradero y se fue.

LL, me dijo entonces para que le ayudara en su tarea, yo gustoso accedí. Luego de terminar de ayudarle, ella me dijo que tenía que ir urgente a una cabina de Internet, en ese momento la encare y le dije:

- "LL yo vine a que me dieras la respuesta, dámela pues, si es ‘no’ dímelo y ya y quedamos como amigos, si todo esto fue un juego dímelo, es mejor que me lo digas a que yo me siga haciendo ilusiones, por favor dime si o no"
- Mira John, es que ahora no te puedo decir nada, tu le dijiste a mi hermano que nosotros hablamos todos los días y no me parece.
- LL, yo no dije nada, para que lo voy a decir.
- Es que mi hermano no me puede mentir.
- Nose, pero yo no dije nada en serio, ¿por favor dime si o no?

Se hizo un silencio y no me dijo nada, todo hacia pensar que ella estaba jugando conmigo, que no me quería decir que no, así que dije:

- Mira LL, me parece que estas y estuviste jugando conmigo, me duele mucho, sabes, para no hacernos daño es mejor que tomemos como si nada de esto hubiera pasado, que seamos solo amigos o conocidos como lo éramos antes, si?

Ella no dijo nada, estaba apurada por ir al Internet, así que me despedí y me fui.

Me sentía dolido, el solo pensar que aquella princesa jugaba conmigo hacia que me sintiera usado, otra vez me sentía un perdedor.

Al llegar a mi cuarto, antes de entrar, saqué esas rosas de mi mochila y las tiré a la calle. Al entrar a mi cuarto puse “Calle Melancolía” de Joaquín Sabina, esa canción es como un himno cuando me siento triste. Me quedé dormido, ya no volvería llamarla, por lo menos no ahora.

Continuará...


P.D.: Esta canción es mi himno en los momentos de soledad:





jueves, 8 de octubre de 2009

La llamada inesperada




Pasaron los días, LL y yo nos veíamos frecuentemente al cenar y almorzar, pero solo nos veíamos, no nos dirijiamos palabra alguna. La encontré en muchas fiestas de la universidad, era un rosa en ese desierto que era mi mundo, era como un amor imposible, dentro de mí siempre estaba aquella vocecita que me decía "nunca te hará caso".

Yo empezaba a perder las esperanzas de tener algo con ella, hasta que, una noche cuando regresaba de clases a mi cuarto, en esos días en los que todo parece salirte bien, sucedió...

Era un lunes, me senté en la pequeña mesa que hay en mi cuarto, saqué las cosas que tenía en la mochila y comenzaba a estudiar para un examen que tenía dentro de unos días. De pronto mi celular comienza a vibrar, voy a contestar extrañado. Miro la pantallita y decía "Número desconocido". Extrañado presiono el botoncito verde y escuchó una vocecita que me parecía conocida:


- Aló? John?
- Aló, quien habla?
- Yo pues, no me reconoces?
- Ahhhh, LL.

Después, se corta la llamada. Extrañado me siento a seguir estudiando, me digo "seguro esta jugando" y continuó con lo que estaba haciendo. Pasan unos 15 minuros y nuevamente el celular suena con número desconocido:
- Aló
- Aló LL que tal?
- No soy MF, quien es LL ahh?? me estás engañando no??
- Jeje, no como crees, pero dime quien eres pues.
- Soy tu enamorada, no me recuerdas?
- mmm. .. yo no tengo enamorada
- jejeje Si soy yo, adivina mi nombre
- mmm... María... Fiorela... Gaby.... Julia ... ??
- No, quienes son esas ah??
- Jaja, nadie solo estaba inventando, tú eres LL pues.
- jaja Que no soy LL te digo.

Le seguí la corriente y hablamos de cosas un poco picantes, su voz tenía un tono coqueto y alegre tan especiales que me volvían loco. Me confesó que era LL (obviamente ya lo sabía). Cuando terminó la conversación y colgué me di un par de bofetadas a la cara para ver si estaba soñando, y no lo estaba.

Dentro de mí una vocecita me decía "te ha llamado, derrepente le intereses" y otra me decía "no seas tonto, está jugando, ella nunca se fijaría en ti".

Confundido, pero muy contento me acosté.

Ese día soñé con ella... Ese día fue perfecto...





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lunes, 28 de septiembre de 2009

Mi enfermedad

Escucho esta canción y no puedo evitar soltar algunas lágrimas...



Estoy vencido porque el mundo me hizo así,
no puedo cambiar,
soy el remedio sin receta y tu amor mi enfermedad,
estoy vencido porque el cuerpo de los dos es mi debilidad,
esta vez el dolor va a terminar.

Parece que la fiesta terminó,
perdimos en el túnel del amor.
Y dicen las hojas del libro que más me leo yo,
"esta vez el esclavo se escapó".

Me entrego al vino porque el mundo me hizo así,
no puedo cambiar,
soy el remedio sin receta y tu amor mi enfermedad,
estoy vencido porque el cuerpo de los dos es mi debilidad,
esta vez el dolor va a terminar.

De nuestro árbol una hoja se cayó,
en mi boca la manzana se pudrió,
tendrías que aprender a pedir perdón,
esta vez la cadena se rompió.

Estoy vencido porque el mundo me hizo así,
no puedo cambiar,
soy el remedio sin receta y tu amor mi enfermedad,
estoy vencido porque el cuerpo de los dos es mi debilidad,
esta vez el dolor va a terminar...

Andres Calamaro - Mi enfermedad

... diganme si esas letras no son poesía

domingo, 27 de septiembre de 2009

Y ella apareció

Como todos los peces, este pez tiene una historia, una historia de amor inconclusa. Una historia que por ahora se dio un tiempo...

Todo comenzó una mañana de agosto, como tipico chico timido, salia de mi madriguera (mi cuarto) para cenar, por si no lo sabian vivo solo, cuando la dueña de la casa me encuentra en la puerta y me dice:

- John estas muy flaco, vamos, te voy a llevar a una señora que cocina riquisimo y sirve bastante.
- No es que este flaco señora, asi es mi contextura - le dije.
- Vamos no seas obstinado - me contestó.

Como no tenia nada que perder y el lugar donde solia almorzar no era muy bueno, decidi aceptar la propuesta. La señora me llevó a un lugar a dos cuadras de mi cuarto , en si no era un restaurante, sino una casa. Cuando llegamos a la puerta de dicha casa, salió una señora muy sonriente y con cara de buena gente, me dijo "pasa hijito" y desde ese momento, comenzé a almorzar y cenar en dicho lugar todos los días.

Me habia hecho muy amigo de la señora de la pensión, la señora me comentaba mucho sobre una chica que solía venir los fines de semana. La verdad yo no le prestaba mucha atención y no hablaba mucho pues soy así. En si me contaba sobre todos los que comían allí, la señora parecía muy buena gente, le llegue a agarrar un cariño especial, pues me aconsejaba y ayudaba. Una de las tantas razones por las que acudía a ese lugar era porque me sentía muy bien, además que la señora cocinaba riquísimo.

Tenia curiosidad de conocer a dicha chica de la que tanto me hablaba, pero no llegaba a cruzarme con ella. Pasaron muchas semanas hasta que la vi... Cuando la mire por primera vez supe que era especial y comprendí que la señora nunca me mencionó lo hermosa que era dicha señorita porque no existian palabras para describir tanta belleza. Era demasiado hermosa que al momento de verla comprendí que era inalcanzable y nunca me haría caso. Ella solía comer con su hermano, yo la miraba disimuladamente, no le intentaba decir nada, simplemente me conformaba con mirarla, dentro de mi sabia que no me haría caso.

Para evitar hacerme ilusiones, asumí que LL, asi la llamaré desde ahora, tenía enamorado. Al verla pasar, me decía "como es que puede existir tanta belleza". Ella era un angel, siempre la veia alegre, tenia una forma muy especial de reirse y en sus acciones se notaba tanta seguridad, tanta independencia. Cuando comiamos en la mesa, todos comentaban algo, ella era una de las que más opinaba y yo era el que nunca hablaba. Solo me limitaba a bajar la cabeza y a mirar el plato. Por más que quería opinar no sabía que decir, me sentía cohibido, nervioso, ensimismado. Generalmente siempre soy así pero ahora era peor. Varias veces decidí hablarle, pero fallé en el intento. No tenía las palabras.

Un día LL me preguntó si tenia Hi5 y MSN, timidamente le dije que sí y agache mi cabeza. Al poco tiempo me fui, como escapando de ella. Yo la tenía en mis sueños, pero siempre la razón me decía que ella nunca se fijaría en mi, que lo más probable es que un montón de patas ya estaban giliendole y que ella ya estaba con alguno de ellos. Evitaba verla porque me enamoraba más, hasta que un día ocurrió lo inimaginable....

Continuará...

Tan joven y tan viejo


Vivo en un pequeño cuarto de 4 por 6, en las noches prefiero apagar todas mis luces y estar a la luz de una lámpara. Me gusta soñar y sobre todo dormir, odio la tele y solo escucho Ritmo Romántica. Por mi cara de niño, todos me ponen 17, sin embargo tengo 20. Me considero tímido por naturaleza,y suelo ser muy callado con la mayoría de la gente, aunque cuando logro agarrar confianza puedo llegar a hablar un poco más. La mayor parte del tiempo la paso solo y no me molesta. Escucho a Sabina, Serrat y Calamaro en mis ratos de ocio. Escucho Haggard en mis momentos de locura. Escucho cumbia cuando salgo a bacilarme. Escucho trova casi siempre. Alguna vez me gustaría aprender a bailar.

Leo en mis momentos libres, y me considero muy sentimental. Voy al cine solo y no me molesta. Me despierto a las 9, casi nunca desayuno, almuerzo a las 2 y ceno a las 11. Me gusta vestir jeans y una zapatilla. Tengo en el cuello una chacana que significa que puedo alcanzar el cielo.

Esa es mi vida, ese soy yo: tan joven y tan viejo.

P.D. : Esta es la canción del genio Sabina, muchos se identificarán con ella.